El bicarbonato de sodio es una auténtica panacea para la limpieza del hogar y basta con esparcir un poco sobre la alfombra, dejándola actuar durante unas horas (insistiendo en las manchas donde hay manchas). Entonces vamos a aspirarlo con una aspiradora, cepillándolo.
Además, gracias a sus poderes, el bicarbonato de sodio también es capaz de absorber los malos olores que aprisiona la alfombra.
Otra forma ecológica de limpiar alfombras es hacerlo mediante vapor utilizando los aparatos adecuados que lo produzcan. Si queremos desprender una buena fragancia, añadimos unas gotas del aceite esencial del perfume que más nos guste (como limón, almizcle blanco, menta o vainilla) al agua de la máquina y la casa estará perfumada en un instante.
El vinagre también es otro producto natural muy útil para la limpieza de la casa y si las manchas que tenemos en las alfombras son muy persistentes, vierte el bicarbonato de sodio mezclado con vinagre sobre ellas. Tan pronto como la mezcla deje de burbujear, seque todo con un paño de microfibra. ¡Nuestra alfombra estará como nueva!